NUMANCIA
de Miguel de Cervantes
Coproducido con la Compañía Nacional de Teatro Clásico
Decía Luis Rosales, autor imprescindible a la hora de adentrarse en el cervantismo más humano y auténtico, que la crisis de la libertad es el eje del mundo cervantino, y el drama de nuestro tiempo. Desde esta perspectiva, toda la obra cervantina es un esfuerzo denodado para reedificar la libertad, poniendo al descubierto sus raíces. Una libertad que no se puede alcanzar sin la renovación interior, que nos obliga a inventarnos a nosotros mismos porque es la hechura misma de la existencia humana. Libertad que sólo se puede alcanzar teniendo una vida auténtica, acotada en un marco ético y moral, y vivida en la imprescindible vigencia del espíritu de comunidad.
Decía Alonso Zamora Vicente que, es necesario, al enfrentarse a Cervantes, lanzarse por caminos de ilusión y de curiosidad, en carne viva. Adentrarse en sus textos para saber quiénes somos, en contraste con las vidas de los demás.
Este ha sido nuestro empeño a la hora de construir esta Numancia de cámara, caminar con pie firme, confiados siempre en las palabras de nuestros viejos filólogos: Cervantes nos ayuda a vivir, nos enseña a vivir.
Ana Zamora
Numancia, de Miguel de Cervantes
Hay proyectos que uno tiene que montar con irrefrenable urgencia porque le va la vida en ello, porque siente que no puede pasar un instante más sin enfrentarse a ese material literario dramático que reclama, desde el papel, convertirse en materia escénica. Y hay otros proyectos, entre los que se incluye esta Numancia, que se eligen con la frialdad de lo que se debe hacer, y con los que, poco a poco, va surgiendo una relación personal que va madurando, y que pronto trasciende un primer atisbo de enamoramiento para constituirse en verdadero amor eterno.
La invitación de la Compañía Nacional de Teatro Clásico para coproducir un espectáculo, requiere un momento de asueto, de calma, para elegir no sólo lo que podría ser un capricho artístico, entiéndase siempre desde nuestra trayectoria de coherencia y compromiso con el teatro prebarroco, sino en función del sentido que puede tener nuestra aportación en el marco de una colaboración con la gran institución pública para la defensa del repertorio antiguo español.
El cerco de Numancia, es un texto sobradamente conocido, y seguramente, tras sus entremeses, el más escenificado de don Miguel de Cervantes. Un texto imprescindible de un autor imprescindible, y sin embargo es uno de los grandes títulos que faltan por abordar en el ya amplio repertorio constituido en las ya más de tres décadas de historia de la CNTC.
Nosotros, especialistas en rescatar rarezas medievales y renacentistas, en esta ocasión nos arremangamos para indagar en torno al autor más famoso de las letras hispanas. Así, de un día para otro, pasamos de dialogar con dramaturgos casi desconocidos, a codearnos con Cervantes, que más que un autor, es un auténtico mito. ¡No se pueden imaginar la cantidad de llamadas que hemos recibido de compañeros teatreros y filólogos, e incluso del público amigo, explicándonos cómo hay que escenificar a Cervantes, y, por supuesto lo que se debe contar al abordar un texto tan conocido por todos como la Numancia!
Ante semejante punto de partida, nosotros sólo podemos ser fieles a nuestra manera de hacer, y trabajar con la rigurosidad que ha marcado nuestros veinte años de trayectoria como compañía. Debemos confiar en que no hay una sola manera de entender a nuestros grandes autores, reivindicando una libertad creadora que es imprescindible a la hora de enfrentarse al repertorio clásico. El reto en este caso es gigantesco, pero nuestra valentía es infinita.
Lo primero que nos llamó la atención al arrancar el proceso de documentación del proyecto, es ver cómo los acercamientos a la obra cervantina, se suelen hacer, habitualmente, desde una perspectiva ya predominantemente barroca. Nuestro punto de partida debía pasar por entender el material desde su contexto renacentista, interpretando sus características desde un cierto primitivismo escénico, que está todavía lejos del gran teatro del Siglo de Oro. El teatro de Cervantes es producto de su tiempo, un momento histórico en que el optimismo del primer Renacimiento ya ha cedido hueco al desengaño, que se manifiesta en una actitud irónica y rebelde, pero también teñida de melancolía.

Decía Luis Rosales, autor imprescindible a la hora de adentrarse en el cervantismo más humano y auténtico, que la crisis de la libertad es el eje del mundo cervantino, y el drama de nuestro tiempo. Desde esta perspectiva, toda la obra cervantina es un esfuerzo denodado para reedificar la libertad, poniendo al descubierto sus raíces.
Esta idea, que nos reconcilia con el sentido profundo del término libertad, tan denostado en estos tiempos de miserias políticas, nos ha guiado en nuestro camino hacia Numancia. Una libertad que no se puede alcanzar sin la renovación interior, que nos obliga a inventarnos a nosotros mismos porque es la hechura misma de la existencia humana. Libertad que sólo se puede alcanzar teniendo una vida auténtica, acotada en un marco ético y moral, y vivida en la imprescindible vigencia del espíritu de comunidad. El cerco de Numancia es ejemplo privilegiado de las teorías cervantinas de Luis Rosales sobre la apropiación de la libertad, que se articulan en dos vías diferentes: la libertad personal (que no individual) y la libertad social.
Hemos querido ir de la mano del poeta granadino para entender el sentido último, filosófico, de la función, como inspiración para convertir la letra de Cervantes en nueva materia escénica. Y sin embargo no hemos querido perder la referencia histórica que ubica la pieza en el contexto del teatro humanista del siglo XVI, junto a las obras de Bermúdez, Argensola, Virués… y el gusto por los grandes temas nacionales adaptados al canon grecolatino con el senequismo como referente, en este caso, para tratar un auténtico mito hispano, símbolo de la resistencia contra la opresión. Acercarse a la temática antigua, supone siempre realizar un gozoso viaje en el tiempo, no tanto para descubrir y desvelar las reminiscencias del pasado, como para debatir y determinar nuestra relación con dicho mundo, y ponerlo en relación con nuestro presente.
Si cada época ha estudiado la historia a la luz de su propia realidad, y la ha reescrito como parte de su propio presente, en este caso concreto, nos encontramos ante una gran estratigrafía arqueológica, que atraviesa la propia historia de España para desembocar en el porvenir, porque la historia nos da siempre lecciones, pero también nos revela posibilidades.
Trabajar sobre la tragedia renacentista, supone hacer un ejercicio de abandono absoluto de nuestros referentes escénicos psicologistas, que nos arrastran ineludiblemente hacia el drama, hijo de nuestra sociedad burguesa contemporánea. Nuestro acercamiento a la Numancia pasa por entender la obra en esa característica construcción del género trágico, que fusiona la violencia con el debate verbal estilizado, enmarcada en las dualidades naturaleza / cultura, barbarie / civilización. La embriaguez de los ritos dionisíacos, al servicio de la vida comunitaria reglada como acto de comunión imprescindible en la constitución de la convivencia democrática.
Nuestra propuesta tenía que tener, por tanto, algo de gran carnaval rural, heredero de los ritos que celebran la circular concepción de la existencia marcada según el ciclo agrario. Espiritualidad y política van de la mano en un universo donde los diferentes estratos históricos se dan la mano, y sustentan la delicada frontera entre los tiempos y las realidades humanas, en el que realizar nuestra propia libertad es siempre un acto de heroísmo.
Decía Alonso Zamora Vicente que, es necesario, al enfrentarse a Cervantes, lanzarse por caminos de ilusión y de curiosidad, en carne viva. Adentrarse en sus textos para saber quiénes somos, en contraste con las vidas de los demás.
Y en esas estamos a estas alturas del proceso, inmersos en este apasionante viaje escénico, creando una Numancia de cámara, caminando con pie firme, confiados siempre en las palabras de Luis Rosales, cuando nos indica que Cervantes nos ayuda a vivir, nos enseña a vivir.
Ana Zamora. Segovia, octubre 2021
Carnaval y sacrificio, resurrección y gloria.
La música de la Numancia.
De nuevo abordamos en la Numancia una obra en la que apenas existen referencias musicales directas: la mención escueta a unos toques de alarma en uno y otro bando, jalonando algún cambio de escena, y naturalmente, la trompeta de la Fama como final. Las muy poderosas trompetas romanas -”corni” - de metal, y las numantinas – de cerámica - , a las que se añaden los cuernos de los carnavales populares, nos permitieron hacer una primera y simple división de estos ambientes sonoros tan diversos.
Pero la pregunta principal es otra: ¿qué llevó a Cervantes, a finales del siglo XVI, a escribir esta tragedia sobre el cerco de Numancia?.
Hay seguramente varias respuestas. Una, genérica: el interés por las ruinas clásicas, por el mundo grecoromano, tan presente en el Renacimiento italiano, al que Cervantes no fue ajeno. Y de otro lado, la reflexión sobre la libertad, surgida en alguien que acaba de salir del cautiverio de Argel.
Los exégetas de tendencias varias (los numantinos como “proto-cristianos”), pero también los estudios posteriores menos ideológicos, señalan la conexión de importantes pasajes de la obra con la liturgia católica. Siguiendo este argumento, podríamos alumbrar gran parte del relato con la secuencia de las fiestas, profanas y litúrgicas, que en el siglo XVI y posteriores sustentan el calendario de las gentes. El Carnaval profano precede al sacrificio de Pascua, y a la Resurrección - muerte y vida - sucede la Gloria, finalmente encarnada en la Fama.
Con estos mimbres tan diversos hemos construido la música de este montaje, que bebe de las fuentes renacentistas, de los cancioneros españoles y los madrigales italianos, de Tomás Luis de Victoria y del Liber Usualis, de las danzas populares y las escenas carnavalescas, de los antiguos romances y del trágico cromatismo de Gesualdo. Sin olvidar el homenaje a Mª Teresa León, que en el Madrid republicano y cercado encarnó esa “Triste España sin ventura” en la versión que Rafael Alberti puso en pie en el Teatro de la Zarzuela en 1937.
Fuentes musicales:
Batalla. A.Lázaro sobre A.Falconiero-J.Hidalgo
Triste España sin ventura. J.del Enzina. CMP 83
Claros y frescos ríos. A.Mudarra-Boscán.1546.
Miserere. T.L. De Victoria (h.1548-1611)
Plutón. Orfeo. Claudio Monteverdi (1567-1646).
Mors et vita. Secuencia Victimae paschale laudi. Dominica Resurrectionis. Liber Usualis.
Enojada estaba Roma. J.Timoneda (Rosa de Romances) / M.Flecha (El Fuego)
Ay de mí. Estribillo. J.Navarro. CMM 55
Superbi colli. B.Castiglione (1478-1529) /G.de Wert (1535-1596).
Fresco y claro arroyuelo. F.Guerrero. CMM 14
Mi libertad en sosiego. J.del Enzina, CMP 79
Panem, vinum in salutis. Secuencia Lauda Sion In Festo Corporis Christi. Liber Usualis.
Beltà poi che t'assenti. Gesualdo da Venosa (1560-1613)
Canzon II. G.Gabrieli (h.1554-1612)
Todos los bienes del mundo. J.del Enzina. CMP 438
Alicia Lázaro
Versión y Dirección Intérpretes Arreglos y Dirección musical Asesor de verso | Vestuario Escenografía Iluminación Coreografía Asesor de movimiento Asesor de percusión Ayte. de dirección | Ayte. de escenografía Ayte. de vestuario Realización de vestuario Realización de escenografía Diseño Cartel Dirección técnica Producción ejecutiva |
Duración 70 minutos | |||
Un espectáculo coproducido por |
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Colaboran: Ayuntamiento de Segovia - INAEM - Junta de Castilla y León - Real Academia de España en Roma |
LA PRENSA HA DICHO SOBRE NUMANCIA...
ABC: “La Numancia de Cervantes / Nao d´amores: la gran tragedia de la libertad”. Antonio Illán Illán, 16/10/2022.
Es una recuperación 'arqueofilológica', que mantiene el sentido historicista, fonético y fonológico, de la lengua en el estado en el que estaba cuando la obra se escribió. Eso en lo más formal; en el contenido también mantiene el espíritu de Cervantes que dota a su producción con esas ideas del Renacimiento tardío que está a medio camino entre el optimismo y el desengaño.
Un elenco de actores y actrices, músicos en escena incluidos, que se mueve milimétricamente y hacen creíbles con plásticas acciones los numerosos cuadros vivientes. Todos están a gran altura. Quiero significar la personalidad arrolladora, la presencia escénica y la perfecta dicción de la lengua castellana del siglo XVI, de José Luis Alcobendas, que es el elemento esencial que nos mantiene alerta en esta arriesgada propuesta teatral. Es evidente, asimismo, la tarea de dirección de actores, cuyos movimientos continuos y cambios de carácter, de personajes reales o simbólicos, requieren una planificación muy precisa. Tanto las evoluciones en el escenario como el recital notable de expresión corporal y la propia fisicidad, dotan a la puesta en escena de un gran magnetismo. La música, que siempre es importante en las propuestas de Nao d'amores, lo es también en esta Numancia. Exquisito el repertorio que se interpreta, y que ha sido obra de la recientemente fallecida y siempre recordada Alicia Lázaro.
Impresionante, en su desnudez y escasez de elementos, es la escenografía; más bien simbólica y minimalista. El escenario incluso deja ver las paredes de la caja escénica de ladrillo, desnudas y creando la sensación de vacío, de muralla o de inmensidad. Acaso también de desolación, como un componente más de la tragedia. La iluminación muy acertada y el original vestuario atemporal (no historicista) ayudan a dar una idea del contenido.
Excelente trabajo el de esta Numancia. Un montaje bello plásticamente y muy creativo desde el punto de vista dramatúrgico, y bien comunicado a pesar de la dificultad del registro idiomático. El público que llenaba el Teatro de Rojas, que ya se está olvidando de las pandemias, aplaudió efusivamente el trabajo realizado.
EL NORTE DE CASTILLA (Blog Calle 58): “Los clásicos se quitan la máscara en Olmedo”. Angélica Tanarro, 28/07/20222.
Hablamos de riesgo. Esta es una de las señas de identidad de Nao d’amores desde sus comienzos cuando la compañía fundada y dirigida por Ana Zamora puso la proa al teatro prebarroco. Nao d’amores lleva la “Numancia” de Cervantes a su terreno: minimalista, poético, ritual, trascendente. Y consigue esa magia una vez más. La consigue desde el inicio, cuando Escipión comienza su parlamento. Es ahí, cuando el decir nos transporta a un tiempo lejano, mientras la vestimenta (camisa roja y vaqueros) nos dice cuánto de actual hay en los personajes dibujados por Cervantes. ¿No es esa la virtud de los clásicos?
Ana Zamora dirige esta orquesta con mano inteligente y firme. Si decía que el riesgo es una de las señas de identidad de su compañía, otra no menos clara es haber conseguido un conjunto armónico en el que nada es secundario y de, entre todos los elementos, la música ocupa un papel primordial. Alicia Lázaro es en esto un puntal del grupo. Su selección y dirección musical subraya, acompaña, contextualiza y en ocasiones protagoniza el relato. Nada sería igual sin ella. Y el vestuario. En esta ocasión unas mantas sirven para algo más que cubrir los cuerpos de aguerridos numantinos, componen la figura de las mujeres, son niños en sus brazos, un conjunto escultórico… O esa chaqueta vacía convertida en fantasma que es puro teatro de marionetas.
Hablamos al final de lo que se suele hablar al principio, los actores que han de cantar, que han de bailar, y mantener un texto que aun con los recortes debidos es excesivamente discursivo por momentos. Alcanzar un nivel alto del conjunto es otro de los retos alcanzados. Seis actores y dos músicos encabezados por José Luis Alcobendas se bastan para trasladarnos la épica de la caída de un pueblo exhausto que plantó cara al poderoso ejército romano.
La obra pide más de un visionado para alcanzar toda su simbología y rotundamente creo que debería ser de obligado cumplimiento en los institutos de toda España. Y en los centros del Instituto Cervantes, dispersos por el mundo.
EL NORTE DE CASTILLA. “Personalidad: la Numancia de Nao d´amores”. Fernando Herrero, 26/07/2022.
En este momento del teatro, Nao d'amores tiene personalidad, no solo por el repertorio, sino por la utilización de música y su personal estética que busca la esencialidad.
Ana Zamora crea una puesta en escena prebarroca con seis actores y dos músicos. Incluso los actores doblan su papel en los dos bandos enfrentados y la actuación musical grave y melancólica realza la tragedia, el sacrificio. Espacio vacío que los actores llenan. Significado de las agrupaciones corporales, algunas muy imaginativas, del valor de la ropa que adquiere el aspecto esencial de aparato escénico. Declaman los actores ese verso difícil en ese espacio que ocupan. Son buenos y concernidos. Cervantes, que tanto sufrió, escribió entremeses y esta obra, entre otras, que Nao d'amores ha resucitado desde su estilo, en un espectáculo ejemplar que fue muy aplaudido. Tiempos remotos que parecen cercanos, porque el afán de conquista y la violencia del hombre no han desaparecido.
BLOG PURA TURA: “Numancia 2021”. Miguel Ángel Lama, 31/12/2021.
Mi última obra teatral vista este año fue una “Numancia” cervantina en la que aprecié el rigor y la entrega que ponen en su trabajo personas que han demostrado desde hace muchos años su sabiduría en los términos —y no solo ahí—de la reposición en nuestros tiempos modernos del teatro anterior a los clásicos habituales del siglo XVII. Nao d’amores, ha querido ser fiel a sus modos de trabajar y ha abordado el teatro cervantino desde un contexto más renacentista que barroco, muy apreciable en la dicción antigua —la fonética histórica es marca de la casa de Zamora—y en la siempre extraordinaria reconstrucción musical de Alicia Lázaro. Siguen admirándome estos trabajos de Nao d ́amores, sostenidos por unos intérpretes que dicen bien el verso, que cantan, que tocan instrumentos y que se mueven para hacer de un momento que dura tan solo hora y cuarto un mundo más cómodo.
EL PAIS: “Una disputa por la libertad y el poder, a través del teatro renacentista de Cervantes”. Patricia Segura, 14/12/2021.
Más de un año de trabajo de documentación por parte de la directora y dos meses de encierro en Segovia con el equipo, lejos del ruido de la cotidianidad, resultan en una materia escénica que habla sobre la violencia que ejerce el hombre contra el hombre, la vida, la muerte yla maternidad. La obra de Cervantes es una obra épica con ejércitos, pueblos, gente y espacios abiertos. Sin embargo, la compañía Nao d’amores elabora un teatro reducido o, como ellos lo denominan, “de cámara”. Los elementos de significación se centran en lo esencial y la síntesis domina una puesta en escena despojada de adornos superfluos. El trabajo es coral y equilibrado. Sobre el escenario hay ocho personas, dos músicos y seis actores, que bailan descalzos alrededor de una hoguera. La música juega un papel muy importante en el espectáculo. La sucesión de escenas recuerdan al estilo cinematográfico de Shakespeare. La puesta en escena se nutre del teatro pobre en el sentido que lo presenta el director polaco Jerzy Grotowski, basado en la carencia de escenografía y centrado en la relación del actor con los espectadores.
NUEVATRIBUNA.ES: “La Numancia , de Cervantes, por fin”. José Manuel Lucía Megías, 11/12/2021
Una oportunidad única para disfrutar de casi hora y media de TEATRO con mayúscula, de ese teatro que te traslada, que te sorprende, que te emociona, que te hace pensar, que te enriquece como solo la literatura, como las verdaderas experiencias vitales, son capaces de hacerlo. Una propuesta que será estudiada con el paso del tiempo. El éxito ha sido total. Llegados a este punto de esta crónica personal de un cervantista que ha llorado en varias ocasiones a lo largo de la obra, no sé por dónde empezar con los aciertos de esta nueva propuesta. Un acierto, un poco llevado al límite, el mantener la fonética del castellano medieval, pues permite comprender desde el principio que esta obra es “otra cosa” a los versos ligeros que vendrán luego. Otro acierto: algunas de las marcas de la casa “Nao de amores”, como la música en directo y el repertorio elegido; la precisión del vestuario y de la escenografía; la dicción y expresión de todos los actores; los hallazgos de luces, o algunas maneras ingeniosas y “sencillas” de resolver problemas teatrales complejos, como la aparición de las figuras morales, o el tema de la magia, sin olvidarse de cómo representar al coro de mujeres –teniendo solo una actriz en el escenario... y no sigo para no desvelar algunos de estos hallazgos. La Numancia de Cervantes ha vuelto a los nuevos corrales de comedias, de la mano de Nao de amores, por fin. Y lo ha hecho para ayudarnos a vivir, a enseñarnos a vivir en un mundo donde es necesario rescatar la libertad, esa que nos permite sentirnos y formar parte de una sociedad, esta sociedad que tenemos que seguir construyendo entre todos, dejando a los vendedores de famas y de privilegios a las puertas de sus triunfos.
ABC CULTURAL: “Numancia, un paradigma más allá del barroco” Diego Doncel, 09/12/2021.
Un montaje de Ana Zamora siempre es un acontecimiento. Mientras que en “Nise, la tragedia de Inés de Castro”, el fascinante montaje estrenado en el Teatro de la Abadía hace ahora dos años, se sobrevaloraba el carácter plástico, en esta “Numancia” se valora el respeto por una aparente sencillez argumental, de línea clara, en la quela palabra busca al actor, en la que lo que se pretende es la escucha del verso y la atención a los recursos interpretativos. En efecto, para Ana Zamora, acertadamente, el diálogo es, ni más ni menos, que la verbalización no solo de las pasiones humanas sino también del ser humano convertido en personalidad histórica, en motor o víctima de la historia, donde los dioses han dejado paso al hombre y sus encrucijadas. La audaz Ana Zamora sabe, como es manifiesto en ella, adónde debe dirigir su dardo para hacer del teatro una experiencia inolvidable. Aquí ha debido de jugar con fuego, como era propio de Cervantes cada vez que se ponía a escribir, para deleitarnos con este nuevo paradigma.
MEMORIAS DE UN TIQUISTMIQUIS: “Numancia” Enric Archivell, 05/12/2021
Siempre me habían parecido interesantes los trabajos de Nao d'amores, pero creo que aquí han conseguido su obra más redonda, un trabajo que será recordado durante mucho tiempo. Lo más emocionante de esta versión es el respeto y admiración total al texto cervantino, empezando por la pronunciación totalmente fiel a la época hasta conseguir que los recursos del teatro actual (por ejemplo, la ruptura de la cuarta pared) no resulten obvios ni gratuitos y sintonicen con la propuesta original con una sutileza imperceptible. Sucede lo mismo con la escenografía o con la selección musical. Así, la "lejanía" de una obra se nos aproxima por ese inmenso trabajo de equipo que transciende la labor de cada uno de sus miembros y nos logra transmitir el amor y la devoción con laque se aproximan al texto.
EL PAÍS / BABELIA: “Numancia, más allá de la exaltación patriótica” Raquel Vidales, 04/12/2021.
La idea que domina en esta puesta en escena de la obra de Cervantes que ha levantado el colectivo Nao d’amores para la Compañía Nacional de Teatro Clásico, es la defensa de la libertad colectiva como base de la dignidad individual. La propuesta también es fiel al texto y a la propia trayectoria de Nao d’amores como rescatadores del teatro renacentista, pues evita acercarse a la obra desde una perspectiva barroca como suele hacerse para mantenerla en su contexto y forma originales; es decir, sin subrayar la acción dramática ni los caracteres individuales frente a los colectivos. El montaje de Ana Zamora logra extraer lo esencial de la obra original. Las interpretaciones son excelentes y hay momentos de intensidad que consiguen emocionar y envolver al público. Pero se observa como si estuviéramos ante un bello cuadro renacentista. Con deleite, pero con distancia.
EL PLACER DE ADMIRAR: “Numancia, de Miguel de Cervantes”. Público, 02/12/2021
De la Compañía Nao d'amores he tenido la suerte de disfrutar previamente de varias propuestas. Creo que conozco pocas iniciativas tan coherentes como la suya en su visión ceremonial y arqueológica del teatro antiguo, su capacidad de asumir las piezas tal y como fueron creadas y representarlas casi como entonces, con rigor en el lenguaje, un trabajo artesanal en el escenario y música en directo. En su versión, Ana Zamora se acerca a la abstracción un poco despersonalizada frente a la narrativa tradicional, y con ello ofrece el sustento perfecto para una hermosa e inteligente ceremonia escénica. Teatro llevado a su origen, a su esencia, a la recuperación de la forma de contar historias y sorprender sin más recursos que la inteligencia, el talento, la creatividad y el esfuerzo. Un viaje a un pasado rico y orgulloso. Un recordatorio de lo que realmente era la cultura antes de que cometiésemos el pecado, tantas veces repetido, de intentar utilizarla.
DIARIOCRÍTICO.COM: “indómitos hispanos, al fin seréis domados” José-Miguel Vila, 30/11/2022.
Ana Zamora, siempre austera, rigurosa, precisa, respetuosa con autores y obras, se adentra en la tragedia cervantina por el lado simbólico y muestra al espectador una propuesta escénica hermosísima apoyada en la palabra de Cervantes, dicha por los actores con el acento de finales del XVI con la impagable ayuda de Vicente Fuentes, y en la también magnifica dirección musical de Alicia Lázaro. Todo el elenco pone cuerpo y voz a romanos y numantinos adentrándose con excelencia en los muchísimos personajes a los que dan vida. Y no sólo hablan, sino que también cantan de forma armoniosa y configuran escenas y espacios con el movimiento preciso y deslumbrante que ha diseñado Javier García Ávila. Deborah Macías viste con alegres colores a los soldados romanos y con grises a los esforzados ciudadanos numantinos; Miguel Ángel Camacho hace un ejercicio de virtuosismo con la iluminación llevando el foco al personaje que habla y manteniendo el oscuro en el resto del austero escenario, diseñado por Cecilia Molano. La fiesta de la palabra, del decir del Renacimiento, unido a la belleza plástica y musical de todo el montaje tienen el inequívoco sello de Nao d’amores. Una verdadera fiesta para todos los sentidos si se acude al Teatro de la Comedia con una actitud previa, la de dejarse llevar, la de embarcarse en un viaje estético, musical y teatral de primer orden. Volvemos a estar ante un nuevo montaje fascinante, ejemplar, de Nao d’amores.
HUFFPOST: “Uno de los hitos teatrales de la temporada” Antonio Hernández Nieto, 28/11/2021.
El anuncio por parte de la Compañía Nacional de Teatro Clásico de coproducir Numancia de Cervantes junto con Nao d’amores puso la fecha de su estreno en el calendario de los hitos teatrales de la temporada. Motivos hay muchos. Por un lado está Cervantes. Un autor poco representado a pesar de que es muy apreciado por los profesionales. Por otro, Nao d’amores lleva defendiendo la recuperación de un teatro y una forma de poner en escena prebarroca durante veinte años. Una manera muy específica y poco comercial de hacer teatro. Sin embargo, en este tiempo ha ofrecido muchas satisfacciones a la crítica y al sector de público que asiste a las salas con una coartada cultural y, se supone, que no va a entretenerse. Trabajo que le ha valido muchos premios. Esta Numancia se convierte en un importante elemento educativo. El que permitirá a docentes de distintos ámbitos ilustrar y estudiar aquel tiempo y aquella literatura. Llevar a las aulas de los institutos y las universidades al teatro para mostrarles que no hablan de nada abstracto o simplemente perdido.
VOLODIA: “Una muralla milenaria” Miguel Ayanz, 26/11/ 2021.
Hay siempre en Nao d’amores mucho que destacar, y no es Numancia una excepción: la delicadeza y ritmo, para empezar, de todas sus propuestas, incluida esta. También el trabajo musical de Alicia Lázaro, experta en músicas de época, notable una vez más.
LA RAZÓN: “La aspereza teatral de Cervantes” Raúl Losánez, 25/11/2021.
La directora Ana Zamora se ha embarcado en otra aventura tan difícil como suelen ser todas las suyas. Hay más poesía en las metáforas que ha ideado la directora a la hora de componer sensorialmente algunas escenas –resueltas con un ingenio admirable en el lenguaje corporal–que en la propia literatura que las acompaña. Todo está hecho con la exquisita minuciosidad que es marca de la casa en los trabajos de Nao d’amores, y está defendido en el escenario por un elenco de estupendos profesionales con un talento ya fuera de toda duda. Lo mejor es el sentido coral que Ana Zamora ha dado a una propuesta en la que, efectivamente, la colectividad es la protagonista.
SCHERZO: “Numancia, una misa en la Compañía Nacional de Teatro Clásico”. Santiago Martín Bermúdez 25/11/2021.
Gesta heroica, pianto por la patria mártir, queja y vindicación de libertad, acaso oficio de difuntos en forma de tragedia. ¿Es tragedia La Numancia? Es épica, luego no es dramática, no es teatro, pero tiene forma teatral. No es tragedia sucumbir ante el enemigo, sino épica y drama. Épica porque es el canto de los héroes. No vamos a hacer historia ni teoría literaria. Vamos a dejar constancia de un espectáculo hecho a base de un texto dramático lejano y de sensibilidad bastante ajena hoy, pero con valores que permanecen y que permiten esta misa u oratorio que plantea Ana Zamora, con la ayuda imprescindible de Alicia Lázaro en la parte musical, como si fuera un ballet, un oratorio...una misa. Una danza que no cesa cuando cesa la coreografía de Javier García Ávila, porque hay una lógica danzante en la puesta en escena; una puesta rica en signos, no tanto en símbolo. Hay que hacer decir a los clásicos lo que queremos oír hoy. Dejadlos hablar, y procuradles lo que Ana Zamora y Alicia Lázaro les procuran: signo dramático, secuencia poco menos que de misa cantada, a la que la danza permanente concede esa musicalidad por la fraternidad de las artes. Porque esto es como una misa, hay que repetirlo. Es decir, la representación del sacrifico del cordero. Numancia en el sentido de resistencia, sí, pero finalmente en el sentido de sacrificio. No pretende este breve escrito más que llamar la atención sobre una función teatral de una musicalidad que grita, todo un ballet en el que nada es imprevisto, una ceremonia en la que acaso podríamos encontrar paralelos del ordinario de la misa, con tal de aceptar que es una misa de difuntos, pero no una tragedia, porque el sacrificio final es todavía optimista; el desengaño no se opone a la esperanza. Todo el reparto confluye en esa musicalidad, esa ceremonia, esa danza. En una página como ésta habría que desmenuzar más la aportación de Alicia Lázaro. En efecto, no verán ustedes a menudo un montaje teatral con el rigor musical de este; y habrá que insistir en que esas músicas no son ilustración o música incidental con sabor de épica e instrumentos históricos, sino parte esencial de un concepto escénico, la Numancia que canta, danza y se comunica en signos (más que ‘con signos’), obra de Ana Zamora, con la sobriay al tiempo expresiva escenografía de Cecilia Molano. Nao d’amores, lleva dos décadas en esta fusión de teatro y música como si se tratara de una y la misma. Y juntas, ¿acaso no lo son?
20 MINUTOS: “Planes para el fin de semana en Madrid: “Numancia, por Nao d ́amores” Adolfo Ortega, 25/11/2021.
La Compañía Nacional de Teatro Clásico (CNTC) representa estos días Numancia de Miguel de Cervantes. Su intención es ofrecer una alternativa al carácter grandilocuente, cuando no marcadamente barroco, que ha imperado en las últimas producciones de que tenemos noticia, y también en las conocidas de hace unas décadas, desvelando un espíritu más cercano al final del Renacimiento, teñido de melancolía pero pleno de esperanza, en un formato de cámara. Así se advierte desde el inicio de la función, cuando el general romano Cipión, encarnado por ese actor imprescindible que es José Luis Alcobendas, exhorta a sus hombres desde un palco de platea, empleando un verso reposado, moteado de fonemas del castellano antiguo, mientras los tambores repican desde el patio de butacas. Poner todo el empeño en destacar el verso cervantino parece el objetivo de esta propuesta, previa reducción de ciertas escenas para no sobrepasar la hora y media de duración. La función no decae en ningún minuto de los ochenta que dura.
KRITILO: “Numancia” Ángel Esteban Monje, 23/11/2022.
La compañía Nao d ́amores representa la gran tragedia de Cervantes desde una estética austera donde sobresale la música. Es muy evidente que estas esencias las trae Cervantes a colación por una visión más medievalizante, que la compañía Nao d ́amores explota con gusto y sensatez. Por eso, la labor de Ana Zamora es extraordinaria al conseguir dinamizar de manera soberbia un asunto que, en ocasiones, se oscurece y se dilata algo. Aquí en hora y cuarto hemos recorrido de principio a fin un argumento harto conocido; pero con todos los elementos artísticos conjugados con virtuosismo. Primeramente, por las interpretaciones de un elenco enérgico y muy solvente —no hay más que observar sus desplazamientos o su danza ritual, ideados por Javier García Ávila—. Con José Luis Alcobendas a la cabeza, cargando sobre sí los monólogos más elocuentes, ofreciendo una interpretación muy resolutiva, sin caer en el tono bronco. Quiero volver a resaltar a Alejandro Saá, pues me sigue pareciendo un actor verdaderamente peculiar. En cuanto a Javier Lara, su Teógenes anhela imponer un liderazgo y nos atrapa con su fuerza. Ofrece un contraste en su leve comedimiento, Eduardo Mayo, quien desarrolla unaapariencia más dialogante. Imbricada al máximo está la música. Alfonso Barreno, a la percusión y al viento de las trompetas romanas, e Isabel Zamora frente al órgano, se aúnan al resto del elenco como dos intérpretes más. Desde luego, este montaje está hecho de momentos orgánicos, totalmente emotivos e inspiradores. En gran medida, por supuesto, se logra por la selección musical que ha realizado Alicia Lázaro. Pongamos, como ejemplo, el Miserere de Tomás Luis de Victoria, donde el coro nos subsume en una intensa religiosidad rebullida por la casi oscuridad. Porque Miguel Ángel Camacho ha tenido que realizar un juego de luces donde las sombras abarrotan la escena para irnos llevando a la agonía final. La escenografía de Cecilia Molano es una larga escalera que permite una visión vertical, y resulta una idea excelente para conseguir que un elenco escueto dé la sensación de multitud al desplegarse por los escalones. El trabajo general es brillante y todos los motivos que expone Cervantes se enhebran sintéticamente. La Numancia ciertamente no se adentra aún en el Barroco, en ella pervive la alegoría de corte renacentista y el enfoque oracular del teocentrismo medieval.
PERIODISTADIGITAl: “La Numancia de Cervantes”José Catalán Deus, 22/11/2022.
Ana Zamora, despacito y buena letra, se ha convertido en uno de nuestros valores teatrales actuales. Acumulando experiencia con los clásicos renacentistas poco conocidos del gran público ahora se consagra con la supergloria de nuestras letras. Su montaje de la tragedia cervantina es un portento fidedigno, conciso, emocionante y precioso al que será difícil emular en esta temporada. Un verdadero clásico. Para montar esta gesta colectiva de Numancia, Ana Zamora prescinde premeditada y acertadamente de gran reparto, monumental decorado y espectaculares movimientos escénicos. Todo es parco. El vestuario de Deborah Macías no puede ser más simple ni atemporal, ceñido al espíritu de la representación como la escueta escenografía de Cecilia Molano, una leve escalinata de piedra desgastada que se eleva hacia el fondo. La obra debe al menos un tercio de su mérito a la banda sonora ideada por Alicia Lázaro e interpretada en directo por todo el reparto, con un continuum primoroso a cargo de Isabel Zamora y Alfonso Barrero. Y quizá sotro tercio de su impacto a la asesoría de verso, en la que al habitual Vicente Fuentes se une Fuentes de la Voz, que es todo un deslumbrante descubrimiento del castellano de la época, perfectamente inteligible y hasta simpático sus muchas equis y cedillas. Coreografía, iluminación y movimiento escénico completan el liviano armamento de Ana Zamora para dar al montaje esa pátina conmovedora que le hace original y cautivador. Nos quedamos sin adjetivos para hablar de un reparto sin fisuras, en el que José Luis Alcobendas confirma su madurez de primera categoría.
BLOG BITÁCORA: “Prended la hoguera de Numancia”Daniel J. Rodríguez, 14/11/2021.
La compañía Nao d’amores ha mostrado al público una recreación rigurosa, original, con el tono de la fábula o el mitoy un trabajo escénico y musical capaz absolutamente impresionante. El trabajo del elenco, ha sido el de entender el texto cervantino desde su absoluto contexto original. Así, el montaje de Nao d’amores apuesta por la desnudez escénica, las melodías evocadoras de ese tiempo, y un trabajo exquisito sobre el texto. El castellano de Cervantes —rico, complejo, elevado—toma así presencia escénica a lo largo de los 70 minutos de la representación y se convierte en el protagonista principal. Pero no está solo: eltrabajo de los actores y músicos —presentes todos prácticamente durante toda la obra en escena—enriquece un texto en el que lo mágico, lo mítico y lo real se convierten en un todo que Ana Zamora ha sabido traducir perfectamente para el público contemporáneo. Con qué elegancia se plantean las magias, los juegos místicos, las muertes o los amores que ocurren dentro de los muros de Numancia. De qué manera los personajes van haciendo caer al público en ese infierno que vivieron los sitiados, cómo le ayudan a comprender su sacrifico, única forma de hacer también perdedor a Escipión y a los ejércitos de Roma.
EL ADELANTADO DE SEGOVIA: “Nao d ́Amores vuelve a admirarnos yconquistarnos” Maite Hernangómez, 13/11/2022.
Si como público Nao d ́amores nos deja sin respiración, nos preguntamos cómo consiguen ellos semejante prodigio. ¡Qué suerte la de nuestra pequeña ciudad que acoge sus estrenos!Nao d ́Amores ha demostrado a lo largo de su trayectoria de 20 años, que posee talento, rigor, respeto, conocimiento y gracia para trasladar lo antiguo a nuestros días, utilizando claves teatrales contemporáneas que beben de los maestros de la simplicidad y del despojamiento que alumbraron el hecho escénico en la segunda mitad del siglo XX. El tiempo, bucle sin fin, y el talento de la directora, nos mostraron en la función del viernes como, elementos primitivos escénicos emparentados con algunas formas de ritos antiguos, junto a un tratamiento escénico contemporáneo, da una manera de hacer teatro genuino, vivo y distinto. No bajo una forma dramática o trágica, sino apuntando a la parte más luminosa de nuestra cultura, esa que Cervantes nos muestra, esa luz que tiene que ver con la dignidad y la libertad de elegir cuándo y cómo morir. Cervantes cree en la salvación de uno cuando se siente comunidad. La “Numancia” del viernes nos muestra el triunfo de la dignidad humana. Los actores bajo la dirección de Vicente Fuentes, otro clásico de la compañía, hacen fácil lo difícil, nos aproximan el texto y lo hacen llegar límpido, vibrante, sonoro y emocionante. Los desafíos escénicos se resuelven a cara y cuerpo descubierto, sin trampa ni cartón. La responsable del relato musical es Alicia Lázaro. Algunas ficciones sonoras llegan a convertirse en espacio. El espacio claro y funcional, laluces perfectas con esas cortinas –haces que diferencian los espacios, el vestuario no puede ser más sencillo y facilitador de sentido-. Todo ello formando parte de una única y clara estructura. Cada elemento tiene su lugar y sin embargo al lado del otroparece transformarse en ese otro. En esa estructura, nada fácil para los actores, han de desenvolverse e interpretar sus personajes. Y lo hacen muy bien. Ana Zamora, para mostrarnos la victoria del alma humana, elige hacerlo con la misma dignidad y sobriedad con la que Numancia gana a los romanos. Los numantinos mueren voluntariamente, la compañía Nao d ́amores nos la muestra desnuda y sin lágrimas.
CINEMAGAVIA.ES: “Numancia: la unión y el orgullo”Diego Da Costa. noviembre 2021.
Uno de los estrenos más esperados del espacio teatral público, “Numancia” es una tragedia que reflexiona sobre los límites de la libertad humana, individual y colectiva. A diferencia de otros montajes, Ana Zamora recupera el estilo del teatro renacentista, además de mantener el lenguaje del castellano del siglo XVI. Sin duda, es una propuesta absolutamente original, en especial, por los tiempos que corren. Ese cuidado, por lo que se dice, demuestra un compromiso férreo con el legado cultural que se dejó en el pasado, siendo, realmente, una muestra de cómo ha sido olvidado por una parte importante de la sociedad. Por ello, esta historia adquiere gran interés, siendo una experiencia que merece ser vista. Una historia del pasado que sirve como reflexión para el presente.Un total de ocho actores que forman un solo cuerpo, sorprendiendo que, a nivel interpretativo, también se respire ese aire de colectividad. Aun así, hay intérpretes que se convierten en excelentes líderes de la acción, como José Luis Alcobendas. El actor tiene un magnetismo en su forma de proceder sobre las tablas, que deja atrapado al público de principio a fin. Además, no se muestra ni un ápice de falta de naturalidad, lo que hace que brille de una manera elegante y sin florituras. Javier Lara muestra carácter sobre la escena, tiene una presencia escénica que habla por sí sola, pero no abusa de ello. Por otro lado, Eduardo Mayo ejecuta de una forma notable su trabajo sobre la escena, con una expresividad certera y una energía que lleva un halo de atracción muy pertinente. El reparto realiza un trabajo estupendo, donde se ve una sinergia y una unión que permiten un resultado atractivo, con fuerza y sobriedad. En resumen, todos terminan por encajar todas las piezas para culminar en un conjunto extraordinario. Se disfrutade una sobriedad, que inunda el patio de butacas y que se extiende a lo largo de la obra. También se deja iluminar por una propuesta que basa su fuerza en la estética, en una construcción visual muy atractiva. Así, suple la ausencia de una estrategia más emocional, basada únicamente en el sentir. Gracias a ello, se comprende ese valor contemplativo que se desea dar a la obra. Por este motivo, hay que aplaudir que sean totalmente fieles a lo que desean realizar, siendo coherentes con una puesta en escena que describe todo ese proceso a través de la imagen.Por otra parte, la coreografía y el movimiento de los cuerpos hacen de la obra un espectáculo ingenioso y con un gusto exquisito. Asimismo, hay que destacar la utilización de la música en directo, siendo un placer poder disfrutar de ella al mismo tiempo que se ejecuta en escena. Además, al hacerlo desde las manos del propio reparto, hacen que adquiera un significado más personal. Igualmente, las voces cantadas terminan por unificar la construcción sonora del montaje, logrando un resultado notable. Un homenaje al teatro renacentista en palabras de Cervantes, que merece la pena por la singularidad y originalidad de su propuesta.
REVISTAINDIE.COM: “Música y coreografía te introducen en el drama cervantino”. María Sánchez, noviembre 2021.
“Murió de mal gobierno” es una de las frases mencionadas en este espectáculo que bien podría resumir esta representación. Los actores interpretan el sufrimiento con una pasión y fervor que te hacen sentir parte de esta crónica desde el minuto uno. Un sobrio y lúgubre escenario, se ilumina tímidamente dependiendo de la intervención de cada uno de los personajes vestidos de manera informal, actual y colorida cuando a los soldados romanos se refiere y con grises y desgastados ropajes cuando a los ciudadanos numantinos se pretende representar. Y es mediante este último vestuario mencionado y con un asombroso lenguaje corporal de los actores, cómo se consiguen realizar unas figuras originales y de gran complejidad que pretenden reflejar momentos o situaciones vividas en el desarrollo de la trama de esta tragedia. Los actores son capaces de conseguir una gran limpieza en todos sus movimientos y una gran sensibilidad y verdad en la expresión de cualquier sentimiento y emoción, que hace que el público pueda conmoverse con un texto que no lo habría logrado por sí solo. A esto se ha de añadir que los intérpretes también cantan de forma armoniosa para configurar cada una de las escenas protagonizadas. Y es que no hay nada más sanador que la música interpretada en directo, pues dichas voces son acompañadas desde el comienzo de la representación con una melodía interpretada por diferentes instrumentos en vivo, principalmente de viento, tocados por un único músico que bien merece una mención especial, lográndose así del montaje todo un viaje estético, musical y teatral de primer orden.
VISTA TEATRAL: “Numancia en el Teatro de La Comedia”. Mayte Rodríguez, noviembre 2021.
Ana Zamora dirige una puesta en escena sólida, imperturbable al paso del tiempo, de complejo verso y texto del que solo Cervantes puede tener autoría. La lucha del oprimido contra el opresor latente y rotunda en escena. Sintetizando y magnificando lo vital sin perder un atisbo de fidelidad a la esencia cervantina. Zamora se acompaña de un elenco que ha sabido dar forma y vida a los gritos de un pueblo que lucha por su dignidad que se rebela contra lo injusto, que agoniza la muerte dignificando así la vida. Zamora consigue que las conjugaciones violencia/ debate verbal, barbarie/civilización con las que se trabajan, sean entendibles y se establezcan estrechas relaciones con conceptos aún vigentes proyectándose fieles pero acercando un texto complejo al gran público. El elenco fluye a la perfección en escena, romanos y numantinos, cinestesia y movimiento escénico componiendo un todo perfecto. Cambios radicales de vestuario y sutil gesto que no romperá el ritmo, únicamente nos situará en otro plano en la otra cara de la moneda. Alicia Lázaro en el trabajo de dirección musical construye una mezcolanza cuya raíz deviene en fuentes renacentistas, canciones españolas y los madrigales italianos, danzas populares y las escenas carnavalescas de los antiguos romances dando si cabe mayor fuerza a esta Numancia íntima. Un vestuario austero, aciago trabajo de Deborah Macías, marcando la desidia, realizando un ejercicio de extensión y compactación con la escenografía de la mano de Cecilia Molano. Miguel Ángel Camacho en el trabajo de iluminación, pondrá el foco en el temor y en la lucha de un pueblo, pero también en la prepotencia del que viene a vencer, juego de luces y sombras que nos atrapará intentando identificar ese juego. No podemos olvidar al imprescindible Vicente Fuentes en asesoría de verso, Javier García Ávila en coreografía, Fabio Mangolini en asesoría de movimiento, Rodrigo Muñoz en asesoría de percusión y todo un equipo que nos acerca a una obra del más alto nivel.
Premios y nominaciones del espectáculo:
- Premio GODOT 2022 al mejor vestuario, otorgado a Deborah Macías
INTRODUCCIÓN
Decía Luis Rosales, que la crisis de la libertad es el eje del mundo cervantino y el drama de nuestro tiempo. Desde esta perspectiva, toda su obra es un esfuerzo para reedificar la libertad, poniendo al descubierto sus raíces. Esta idea, que nos reconciliacon el sentido profundo del término libertad, tan denostado en estos tiempos de miserias políticas, nos ha guiado en nuestro camino hacia Numancia.Trabajar sobre la tragedia renacentista, supone abandonar los referentes escénicos psicologistas que nos arrastran hacia el drama, para rescatar un cierto primitivismo escénico que está todavía lejos del gran teatro del Siglo de Oro. Violencia y debate verbal, deben convivir en el marco de un carnaval heredado de la embriaguez de los ritos dionisíacos, al servicio de la vida comunitaria reglada como acto de comunión imprescindible en la convivencia democrática.Espiritualidad y política, lo sacro y lo profano, conviven en un universo donde los diferentes estratos históricos se dan la mano, y sustentan la delicada frontera entre los tiempos y las realidades humanas, en el que realizar nuestra propia libertad es siempre un acto de heroísmo.
EL ESPECTÁCULO
Hay proyectos que uno tiene que montar con irrefrenable urgencia porque le va la vida en ello, porque siente que no puede pasar un instante más sin enfrentarse a ese material literario dramático que reclama, desde el papel, convertirse en materia escénica. Y hay otros proyectos, entre los que se incluye esta Numancia, que se eligen con la frialdad de lo que se debe hacer, y con los que, poco a poco, va surgiendo una relación personal que va madurando, y que pronto trasciende un primer atisbo de enamoramiento para constituirse en verdadero amor eterno.
La invitación de la Compañía Nacional de Teatro Clásico para coproducir un espectáculo, requiere un momento de asueto, de calma, para elegir no sólo lo que podría ser un capricho artístico, entiéndase siempre desde nuestra trayectoria de coherencia y compromiso con el teatro prebarroco, sino en función del sentido que puede tener nuestra aportación en el marco de una colaboración con la gran institución pública para la defensa del repertorio antiguo español.
El cerco de Numancia, es un texto sobradamente conocido, y seguramente, tras sus entremeses, el más escenificado de don Miguel de Cervantes. Un texto imprescindible de un autor imprescindible, y sin embargo es uno de los grandes títulos que faltan por abordar en el ya amplio repertorio constituido en las ya más de tres décadas de historia de la CNTC.
Nosotros, especialistas en rescatar rarezas medievales y renacentistas, en esta ocasión nos arremangamos para indagar en torno al autor más famoso de las letras hispanas. Así, de un día para otro, pasamos de dialogar con dramaturgos casi desconocidos, a codearnos con Cervantes, que más que un autor, es un auténtico mito. ¡No se pueden imaginar la cantidad de llamadas que hemos recibido de compañeros teatreros y filólogos, e incluso del público amigo, explicándonos cómo hay que escenificar a Cervantes, y, por supuesto lo que se debe contar al abordar un texto tan conocido por todos como la Numancia!
Ante semejante punto de partida, nosotros sólo podemos ser fieles a nuestra manera de hacer, y trabajar con la rigurosidad que ha marcado nuestros veinte años de trayectoria como compañía. Debemos confiar en que no hay una sola manera de entender a nuestros grandes autores, reivindicando una libertad creadora que es imprescindible a la hora de enfrentarse al repertorio clásico. El reto en este caso es gigantesco, pero nuestra valentía es infinita.
Lo primero que nos llamó la atención al arrancar el proceso de documentación del proyecto, es ver cómo los acercamientos a la obra cervantina, se suelen hacer, habitualmente, desde una perspectiva ya predominantemente barroca. Nuestro punto de partida debía pasar por entender el material desde su contexto renacentista, interpretando sus características desde un cierto primitivismo escénico, que está todavía lejos del gran teatro del Siglo de Oro. El teatro de Cervantes es producto de su tiempo, un momento histórico en que el optimismo del primer Renacimiento ya ha cedido hueco al desengaño, que se manifiesta en una actitud irónica y rebelde, pero también teñida de melancolía.
Decía Luis Rosales, autor imprescindible a la hora de adentrarse en el cervantismo más humano y auténtico, que la crisis de la libertad es el eje del mundo cervantino, y el drama de nuestro tiempo. Desde esta perspectiva, toda la obra cervantina es un esfuerzo denodado para reedificar la libertad, poniendo al descubierto sus raíces.
Esta idea, que nos reconcilia con el sentido profundo del término libertad, tan denostado en estos tiempos de miserias políticas, nos ha guiado en nuestro camino hacia Numancia. Una libertad que no se puede alcanzar sin la renovación interior, que nos obliga a inventarnos a nosotros mismos porque es la hechura misma de la existencia humana. Libertad que sólo se puede alcanzar teniendo una vida auténtica, acotada en un marco ético y moral, y vivida en la imprescindible vigencia del espíritu de comunidad. El cerco de Numancia es ejemplo privilegiado de las teorías cervantinas de Luis Rosales sobre la apropiación de la libertad, que se articulan en dos vías diferentes: la libertad personal (que no individual) y la libertad social.
Hemos querido ir de la mano del poeta granadino para entender el sentido último, filosófico, de la función, como inspiración para convertir la letra de Cervantes en nueva materia escénica. Y sin embargo no hemos querido perder la referencia histórica que ubica la pieza en el contexto del teatro humanista del siglo XVI, junto a las obras de Bermúdez, Argensola, Virués… y el gusto por los grandes temas nacionales adaptados al canon grecolatino con el senequismo como referente, en este caso, para tratar un auténtico mito hispano, símbolo de la resistencia contra la opresión. Acercarse a la temática antigua, supone siempre realizar un gozoso viaje en el tiempo, no tanto para descubrir y desvelar las reminiscencias del pasado, como para debatir y determinar nuestra relación con dicho mundo, y ponerlo en relación con nuestro presente.
Si cada época ha estudiado la historia a la luz de su propia realidad, y la ha reescrito como parte de su propio presente, en este caso concreto, nos encontramos ante una gran estratigrafía arqueológica, que atraviesa la propia historia de España para desembocar en el porvenir, porque la historia nos da siempre lecciones, pero también nos revela posibilidades.
Trabajar sobre la tragedia renacentista, supone hacer un ejercicio de abandono absoluto de nuestros referentes escénicos psicologistas, que nos arrastran ineludiblemente hacia el drama, hijo de nuestra sociedad burguesa contemporánea. Nuestro acercamiento a la Numancia pasa por entender la obra en esa característica construcción del género trágico, que fusiona la violencia con el debate verbal estilizado, enmarcada en las dualidades naturaleza / cultura, barbarie / civilización. La embriaguez de los ritos dionisíacos, al servicio de la vida comunitaria reglada como acto de comunión imprescindible en la constitución de la convivencia democrática.
Nuestra propuesta tenía que tener, por tanto, algo de gran carnaval rural, heredero de los ritos que celebran la circular concepción de la existencia marcada según el ciclo agrario. Espiritualidad y política van de la mano en un universo donde los diferentes estratos históricos se dan la mano, y sustentan la delicada frontera entre los tiempos y las realidades humanas, en el que realizar nuestra propia libertad es siempre un acto de heroísmo.
Decía Alonso Zamora Vicente que, es necesario, al enfrentarse a Cervantes, lanzarse por caminos de ilusión y de curiosidad, en carne viva. Adentrarse en sus textos para saber quiénes somos, en contraste con las vidas de los demás.
Y en esas estamos a estas alturas del proceso, inmersos en este apasionante viaje escénico, creando una Numancia de cámara, caminando con pie firme, confiados siempre en las palabras de Luis Rosales, cuando nos indica que Cervantes nos ayuda a vivir, nos enseña a vivir.
Ana Zamora. Segovia, octubre 2021
De nuevo abordamos en la Numancia una obra en la que apenas existen referencias musicales directas: la mención escueta a unos toques de alarma en uno y otro bando, jalonando algún cambio de escena, y naturalmente, la trompeta de la Fama como final. Las muy poderosas trompetas romanas -”corni” - de metal, y las numantinas – de cerámica - , a las que se añaden los cuernos de los carnavales populares, nos permitieron hacer una primera y simple división de estos ambientes sonoros tan diversos.
Pero la pregunta principal es otra: ¿qué llevó a Cervantes, a finales del siglo XVI, a escribir esta tragedia sobre el cerco de Numancia?.
Hay seguramente varias respuestas. Una, genérica: el interés por las ruinas clásicas, por el mundo grecoromano, tan presente en el Renacimiento italiano, al que Cervantes no fue ajeno. Y de otro lado, la reflexión sobre la libertad, surgida en alguien que acaba de salir del cautiverio de Argel.
Los exégetas de tendencias varias (los numantinos como “proto-cristianos”), pero también los estudios posteriores menos ideológicos, señalan la conexión de importantes pasajes de la obra con la liturgia católica. Siguiendo este argumento, podríamos alumbrar gran parte del relato con la secuencia de las fiestas, profanas y litúrgicas, que en el siglo XVI y posteriores sustentan el calendario de las gentes. El Carnaval profano precede al sacrificio de Pascua, y a la Resurrección - muerte y vida - sucede la Gloria, finalmente encarnada en la Fama.
Con estos mimbres tan diversos hemos construido la música de este montaje, que bebe de las fuentes renacentistas, de los cancioneros españoles y los madrigales italianos, de Tomás Luis de Victoria y del Liber Usualis, de las danzas populares y las escenas carnavalescas, de los antiguos romances y del trágico cromatismo de Gesualdo. Sin olvidar el homenaje a Mª Teresa León, que en el Madrid republicano y cercado encarnó esa “Triste España sin ventura” en la versión que Rafael Alberti puso en pie en el Teatro de la Zarzuela en 1937.
Fuentes musicales:
Batalla. A.Lázaro sobre A.Falconiero-J.Hidalgo
Triste España sin ventura. J.del Enzina. CMP 83
Claros y frescos ríos. A.Mudarra-Boscán.1546.
Miserere. T.L. De Victoria (h.1548-1611)
Plutón. Orfeo. Claudio Monteverdi (1567-1646).
Mors et vita. Secuencia Victimae paschale laudi. Dominica Resurrectionis. Liber Usualis.
Enojada estaba Roma. J.Timoneda (Rosa de Romances) / M.Flecha (El Fuego)
Ay de mí. Estribillo. J.Navarro. CMM 55
Superbi colli. B.Castiglione (1478-1529) /G.de Wert (1535-1596).
Fresco y claro arroyuelo. F.Guerrero. CMM 14
Mi libertad en sosiego. J.del Enzina, CMP 79
Panem, vinum in salutis. Secuencia Lauda Sion In Festo Corporis Christi. Liber Usualis.
Beltà poi che t'assenti. Gesualdo da Venosa (1560-1613)
Canzon II. G.Gabrieli (h.1554-1612)
Todos los bienes del mundo. J.del Enzina. CMP 438
Alicia Lázaro
FICHA ARTÍSTICA
Versión y Dirección Intérpretes Arreglos y Dirección musical Asesor de verso | Vestuario Escenografía Iluminación Coreografía Asesor de movimiento Asesor de percusión Ayte. de dirección | Ayte. de escenografía Ayte. de vestuario Realización de vestuario Realización de escenografía Diseño Cartel Dirección técnica Producción ejecutiva |
Duración 70 minutos | |||
Un espectáculo coproducido por |
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Colaboran: Ayuntamiento de Segovia - INAEM - Junta de Castilla y León - Real Academia de España en Roma |
PRENSA
- BLOG PURA TURA: “Numancia 2021”Miguel Ángel Lama, 31/12/2021.Mi última obra teatral vista este año fue una “Numancia” cervantina en la que aprecié el rigor y la entrega que ponen en su trabajo personas que han demostrado desde hace muchos años su sabiduría en los términos —y no solo ahí—de la reposición en nuestrostiempos modernos del teatro anterior a los clásicos habituales del siglo XVII. Nao d’amores, ha querido ser fiel a sus modos de trabajar y ha abordado el teatro cervantino desde un contexto más renacentista que barroco, muy apreciable en la dicción antigua —la fonética histórica es marca de la casa de Zamora—y en la siempre extraordinaria reconstrucción musical de Alicia Lázaro. Siguen admirándome estos trabajos de Nao d ́amores, sostenidos por unos intérpretes que dicen bien el verso, que cantan, que tocan instrumentos y que se mueven para hacer de un momento que dura tan solo hora y cuarto un mundo más cómodo. EL PAIS: “Una disputa por la libertad y el poder, a través del teatro renacentista de Cervantes”Patricia Segura, 14/12/2021Más de un año de trabajo de documentación por parte de la directora y dos meses de encierro en Segovia con el equipo, lejos del ruido de la cotidianidad, resultan en una materia escénica
- que habla sobre la violencia que ejerce el hombre contra el hombre, la vida, la muerte yla maternidad. La obra de Cervantes es una obra épica con ejércitos, pueblos, gente y espacios abiertos. Sin embargo, la compañía Nao d’amores elabora un teatro reducido o, como ellos lo denominan, “de cámara”. Los elementos de significación se centran enlo esencial y la síntesis domina una puesta en escena despojada de adornos superfluos. El trabajo es coral y equilibrado. Sobre el escenario hay ocho personas, dos músicos y seis actores, que bailan descalzos alrededor de una hoguera. La música juega un papel muy importante en el espectáculo. La sucesión de escenas recuerdan al estilo cinematográfico de Shakespeare. La puesta en escena se nutre del teatro pobre en el sentido que lo presenta el director polaco Jerzy Grotowski, basado en la carencia de escenografía y centrado en la relación del actor con los espectadores. NUEVATRIBUNA.ES: “La Numancia , de Cervantes, por fin”José Manuel Lucía Megías, 11/12/2021Una oportunidad única para disfrutar de casi hora y media de TEATRO con mayúscula, de ese teatro que te traslada, que te sorprende, que te emociona, que te hace pensar, que te enriquece como solo la literatura, como las verdaderas experiencias vitales, son capaces de hacerlo.Una propuesta que será estudiada con el paso del tiempo. El éxito ha sido total. Llegados a este punto de esta crónica personal de un cervantista que ha llorado en varias ocasiones a lo largo de la obra, no sé por dónde empezar con los aciertos de esta nueva propuesta. Un acierto, un poco llevado al límite, el mantener la fonética del castellano medieval, pues permite comprender desde el principio que esta obra es “otra cosa” a los versos ligeros que vendrán luego. Otro acierto: algunas de las marcas de la casa “Nao de amores”, como la música en directo y el repertorio elegido; la precisión del vestuario y de la escenografía; la dicción y expresión de todos los actores; los hallazgos de luces, o algunas maneras ingeniosas y “sencillas” de resolver problemas teatrales complejos, como la aparición de las figuras morales, o el tema de la magia, sin olvidarse de cómo representar al coro de mujeres –teniendo solo una actriz en el escenario... y no sigo para no desvelar algunos de estos hallazgos.La Numancia de Cervantes ha vuelto a los nuevos corrales de comedias, de la mano de Nao de amores, por fin. Y lo ha hecho para ayudarnos a vivir, a enseñarnos a vivir en un mundo donde es necesario rescatar la libertad, esa que nos permite sentirnos y formar parte de una sociedad, esta sociedad que tenemos que seguir construyendo entre todos, dejando a los vendedores de famas y de privilegios a las puertas de sus triunfos.ABC CULTURAL: “Numancia, un paradigma más allá del barroco”Diego Doncel, 09/12/2021Un montaje de Ana Zamora siempre es un acontecimiento. Mientras que en “Nise, la tragedia de Inés de Castro”, el fascinante montaje estrenado en el Teatro de la Abadía hace ahora dos años, se sobrevaloraba el carácter plástico, en esta “Numancia” se valora el respeto por una aparente sencillez argumental, de línea clara, en la quela palabra busca al actor, en la que lo que se pretende es la escucha del verso y la atención a los recursos interpretativos. En efecto, para Ana Zamora, acertadamente, el diálogo es, ni más ni menos, que la verbalización no solo de las pasiones humanas sino también del ser humano convertido en personalidad histórica, en motor o víctima de la historia, donde los dioses han dejado paso al hombre y sus encrucijadas. La audaz Ana Zamora sabe, como es manifiesto en ella, adónde debe dirigir su dardo para hacerdel teatro una experiencia inolvidable. Aquí ha
- debido de jugar con fuego, como era propio de Cervantes cada vez que se ponía a escribir, para deleitarnos con este nuevo paradigma.MEMORIAS DE UN TIQUISTMIQUIS: “Numancia”Enric Archivell, 05/12/2021Siempre me habían parecido interesantes los trabajos de Nao d'amores, pero creo que aquí han conseguido su obra más redonda, un trabajo que será recordado durante mucho tiempo. Lo más emocionante de esta versión es el respeto y admiración total al texto cervantino, empezando por la pronunciación totalmente fiel a la época hasta conseguir que los recursos del teatro actual (por ejemplo, la ruptura de la cuarta pared) no resulten obvios ni gratuitos y sintonicen con la propuesta original con una sutileza imperceptible. Sucede lo mismo con la escenografía o con la selección musical. Así, la "lejanía" de una obra se nos aproxima por ese inmenso trabajo de equipo que transciende la labor de cada uno de sus miembros y nos logra transmitir el amor y la devoción con laque se aproximan al texto.EL PAÍS / BABELIA: “Numancia, más allá de la exaltación patriótica”Raquel Vidales, 04/12/2021.La idea que domina en esta puesta en escena de la obra de Cervantes que ha levantado el colectivo Nao d’amores para la Compañía Nacional de Teatro Clásico, es la defensa de la libertad colectiva como base de la dignidad individual. La propuesta también es fiel al texto y a la propia trayectoria de Nao d’amores como rescatadores del teatro renacentista, pues evita acercarse a la obra desde una perspectiva barroca como suele hacerse para mantenerla en su contexto y forma originales; es decir, sin subrayar la acción dramática ni los caracteres individuales frente a los colectivos. El montaje de Ana Zamora logra extraer lo esencial de la obra original. Las interpretaciones son excelentes y hay momentos de intensidad que consiguen emocionar y envolver al público. Pero se observa como si estuviéramos ante un bello cuadro renacentista. Con deleite, pero con distancia. EL PLACER DE ADMIRAR: “Numancia, de Miguel de Cervantes”.Público, 02/12/2021De la Compañía Nao d'amores he tenido la suerte de disfrutar previamente de varias propuestas. Creo que conozco pocas iniciativas tan coherentes como la suya en su visión ceremonial y arqueológica del teatro antiguo, su capacidad de asumir las piezas tal y como fueron creadas y representarlas casi como entonces, con rigor en el lenguaje, un trabajo artesanal en el escenario y música en directo. En su versión, Ana Zamora se acerca a la abstracción unpoco despersonalizada frente a la narrativa tradicional, y con ello ofrece el sustento perfecto para una hermosa e inteligente ceremonia escénica. Teatro llevado a su origen, a su esencia, a la recuperación de la forma de contar historias y sorprender sinmás recursos que la inteligencia, el talento, la creatividad y el esfuerzo. Un viaje a un pasado rico y orgulloso. Un recordatorio de lo que realmente era la cultura antes de que cometiésemos el pecado, tantas veces repetido, de intentar utilizarla.
- DIARIOCRÍTICO.COM: “indómitos hispanos, al fin seréis domados”José-Miguel Vila, 30/11/2022Ana Zamora, siempre austera, rigurosa, precisa, respetuosa con autores y obras, se adentra en la tragedia cervantina por el lado simbólico y muestra al espectador una propuesta escénica hermosísima apoyada en la palabra de Cervantes, dicha por los actores con el acento de finales del XVI con la impagable ayuda de Vicente Fuentes, y en la también magnifica dirección musical de Alicia Lázaro.Todo el elenco pone cuerpo y voz a romanos y numantinos adentrándose con excelencia en los muchísimos personajes a los que dan vida. Y no sólo hablan, sino que también cantan de forma armoniosa y configuran escenas y espacios con el movimiento preciso y deslumbrante que ha diseñado Javier García Ávila. Deborah Macías viste con alegres colores a los soldados romanos y con grises a los esforzados ciudadanos numantinos; Miguel Ángel Camacho hace un ejercicio de virtuosismo con la iluminación llevando el foco al personaje que habla y manteniendo el oscuro en el resto del austero escenario, diseñado por Cecilia Molano.La fiesta de la palabra, del decir del Renacimiento, unido a la belleza plástica y musical de todo el montaje tienen el inequívoco sello de Nao d’amores. Una verdadera fiesta para todos los sentidos si se acude al Teatro de la Comedia con una actitud previa, la de dejarse llevar, la de embarcarse en un viaje estético, musical y teatral de primer orden. Volvemos a estar ante un nuevo montaje fascinante, ejemplar, de Nao d’amores.HUFFPOST: “Uno de los hitos teatrales de la temporada”Antonio Hernández Nieto, 28/11/2021.El anuncio por parte de la Compañía Nacional de Teatro Clásico de coproducir Numancia de Cervantes junto con Nao d’amores puso la fecha de su estreno en el calendario de los hitos teatrales de la temporada. Motivos hay muchos. Por un lado está Cervantes. Un autor poco representado a pesar de que es muy apreciado por los profesionales. Por otro, Nao d’amores lleva defendiendo la recuperación de un teatro y una forma de poner en escena prebarroca durante veinte años. Una manera muy específica y poco comercial de hacer teatro. Sin embargo, en este tiempo ha ofrecido muchas satisfacciones a la crítica y al sector de público que asiste a las salas con una coartada cultural y, se supone, que no va a entretenerse. Trabajo que le ha valido muchos premios. Esta Numancia se convierte en un importante elemento educativo. El que permitirá a docentes de distintos ámbitos ilustrar y estudiar aquel tiempo y aquella literatura. Llevar a las aulas de los institutos y las universidades al teatro para mostrarles que no hablan de nada abstracto o simplemente perdido.VOLODIA: “Una muralla milenaria”Miguel Ayanz, 26/11/ 2021Hay siempre en Nao d’amores mucho que destacar, y no es Numancia una excepción: la delicadeza y ritmo, para empezar, de todas sus propuestas, incluida esta. También el trabajo musical de Alicia Lázaro, experta en músicas de época, notable una vez más.LA RAZÓN: “La aspereza teatral de Cervantes”Raúl Losánez, 25/11/2021.
- La directora Ana Zamora se ha embarcado en otra aventura tan difícil como suelen ser todas las suyas. Hay más poesía en las metáforas que ha ideado la directora a la hora de componer sensorialmente algunas escenas –resueltas con un ingenio admirable en el lenguaje corporal–que en la propia literatura que las acompaña. Todo está hecho con la exquisita minuciosidad que es marca de la casa en los trabajos de Nao d’amores, y está defendido en el escenario por un elenco de estupendos profesionales con un talento ya fuera de toda duda. Lo mejor es el sentido coral que Ana Zamora ha dado a una propuesta en la que, efectivamente, la colectividad es la protagonista.SCHERZO: “Numancia, una misa en la Compañía Nacional de Teatro Clásico”.Santiago Martín Bermúdez 25/11/2021Gesta heroica, pianto por la patria mártir, queja y vindicación de libertad, acaso oficio de difuntos en forma de tragedia. ¿Es tragedia La Numancia? Es épica, luego no es dramática, no es teatro, pero tiene forma teatral. No es tragedia sucumbir ante el enemigo, sino épica y drama. Épica porque es el canto de los héroes. No vamos a hacer historia ni teoría literaria. Vamos a dejar constancia de un espectáculo hecho a base de un texto dramático lejano y de sensibilidad bastante ajena hoy, pero con valores que permanecen y que permiten esta misa u oratorio que plantea Ana Zamora, con la ayuda imprescindible de Alicia Lázaro en la parte musical, como si fuera un ballet, un oratorio...una misa. Una danza que no cesa cuando cesa la coreografía de Javier García Ávila, porque hay una lógica danzante en la puesta en escena; una puesta rica en signos, no tanto en símbolo. Hay que hacer decir a los clásicos lo que queremos oír hoy. Dejadlos hablar, y procuradles lo que Ana Zamora y Alicia Lázaro les procuran: signo dramático, secuencia poco menos que de misa cantada, a la que la danza permanente concede esa musicalidad por la fraternidad de las artes. Porque esto es como una misa, hay que repetirlo. Es decir, la representación del sacrifico del cordero. Numancia en el sentido de resistencia, sí, pero finalmente en el sentido de sacrificio. No pretende este breve escrito más que llamar la atención sobre una función teatral de una musicalidad que grita, todo un ballet en el que nada es imprevisto, una ceremonia en la que acaso podríamos encontrar paralelos del ordinario de la misa, con tal de aceptar que es una misa de difuntos, pero no una tragedia, porque el sacrificio final es todavía optimista; el desengaño no se opone a la esperanza. Todo el reparto confluye en esa musicalidad, esa ceremonia, esa danza. En una página como ésta habría que desmenuzar más la aportación de Alicia Lázaro. En efecto, no verán ustedes a menudo un montaje teatral con el rigor musical de este; y habrá que insistir en que esas músicas no son ilustración o música incidental con sabor de épica e instrumentos históricos, sino parte esencial de un concepto escénico, la Numancia que canta, danza y se comunica en signos (más que ‘con signos’), obra de Ana Zamora, con la sobriay al tiempo expresiva escenografía de Cecilia Molano. Nao d’amores, lleva dos décadas en esta fusión de teatro y música como si se tratara de una y la misma. Y juntas, ¿acaso no lo son?20 MINUTOS: “Planes para el fin de semana en Madrid: “Numancia, porNao d ́amores”Adolfo Ortega, 25/11/2021.
- La Compañía Nacional de Teatro Clásico (CNTC) representa estos días Numancia de Miguel de Cervantes. Su intención es ofrecer una alternativa al carácter grandilocuente, cuando no marcadamente barroco, que ha imperado en las últimas producciones de que tenemos noticia, y también en las conocidas de hace unas décadas, desvelando un espíritu más cercano al final del Renacimiento, teñido de melancolía pero pleno de esperanza, en un formato de cámara. Así se advierte desde el inicio de la función, cuando el general romano Cipión, encarnado por ese actor imprescindible que es José Luis Alcobendas, exhorta a sus hombres desde un palco de platea, empleando un verso reposado, moteado de fonemas del castellano antiguo, mientras los tambores repican desde el patio de butacas. Poner todo el empeño en destacar el verso cervantino parece el objetivo de esta propuesta, previa reducción de ciertas escenas para no sobrepasar la hora y media de duración. La función no decae en ningún minuto de los ochenta que dura. KRITILO: “Numancia”Ángel Esteban Monje, 23/11/2022.La compañía Nao d ́amores representa la gran tragedia de Cervantes desde una estética austera donde sobresale la música. Es muy evidente que estas esencias las trae Cervantes a colación por una visión más medievalizante, que la compañía Nao d ́amores explota con gusto y sensatez. Por eso, la labor de Ana Zamora es extraordinaria al conseguir dinamizar de manera soberbia un asunto que, en ocasiones, se oscurece y se dilataalgo. Aquí en hora y cuarto hemos recorrido de principio a fin un argumento harto conocido; pero con todos los elementos artísticos conjugados con virtuosismo. Primeramente, por las interpretaciones de un elenco enérgico y muy solvente —no hay más que observar sus desplazamientos o su danza ritual, ideados por Javier García Ávila—. Con José Luis Alcobendas a la cabeza, cargando sobre sí los monólogos más elocuentes, ofreciendo una interpretación muy resolutiva, sin caer en el tono bronco. Quiero volver a resaltar a Alejandro Saá, pues me sigue pareciendo un actor verdaderamente peculiar. En cuanto a Javier Lara, su Teógenes anhela imponer un liderazgo y nos atrapa con su fuerza. Ofrece un contraste en su leve comedimiento, Eduardo Mayo, quien desarrolla unaapariencia más dialogante. Imbricada al máximo está la música. Alfonso Barreno, a la percusión y al viento de las trompetas romanas, e Isabel Zamora frente al órgano, se aúnan al resto del elenco como dos intérpretes más. Desde luego, este montaje está hecho de momentos orgánicos, totalmente emotivos e inspiradores. En gran medida, por supuesto, se logra por la selección musical que ha realizado Alicia Lázaro. Pongamos, como ejemplo, el Miserere de Tomás Luis de Victoria, donde el coro nos subsume en una intensa religiosidad rebullida por la casi oscuridad. Porque Miguel Ángel Camacho ha tenido que realizar un juego de luces donde las sombras abarrotan la escena para irnos llevando a la agonía final. La escenografía de Cecilia Molano es una larga escalera que permite una visión vertical, y resulta una idea excelente para conseguir que un elenco escueto dé la sensación de multitud al desplegarse por los escalones. El trabajo general es brillante y todos los motivos que expone Cervantes se enhebran sintéticamente. La Numancia ciertamente no se adentra aún en el Barroco, en ella pervive la alegoría de corte renacentista y el enfoque oracular del teocentrismo medieval.PERIODISTADIGITAl: “La Numancia de Cervantes”José Catalán Deus, 22/11/2022.
- Ana Zamora, despacito y buena letra, se ha convertido en uno de nuestros valores teatrales actuales. Acumulando experiencia con los clásicos renacentistas poco conocidos del gran público ahora se consagra con la supergloria de nuestras letras. Su montaje de la tragediacervantina es un portento fidedigno, conciso, emocionante y precioso al que será difícil emular en esta temporada. Un verdadero clásico. Para montar esta gesta colectiva de Numancia, Ana Zamora prescinde premeditada y acertadamente de gran reparto, monumental decorado y espectaculares movimientos escénicos. Todo es parco. El vestuario de Deborah Macías no puede ser más simple ni atemporal, ceñido al espíritu de la representación como la escueta escenografía de Cecilia Molano, una leve escalinata de piedra desgastada que se eleva hacia el fondo. La obra debe al menos un tercio de su mérito a la banda sonora ideada por Alicia Lázaro e interpretada en directo por todo el reparto, con un continuum primoroso a cargo de Isabel Zamora y Alfonso Barrero. Y quizásotro tercio de su impacto a la asesoría de verso, en la que al habitual Vicente Fuentes se une Fuentes de la Voz, que es todo un deslumbrante descubrimiento del castellano de la época, pertectamente inteligible y hasta simpático sus muchas equis y cedillas. Coreografía, iluminación y movimiento escénico completan el liviano armamento de Ana Zamora para dar al montaje esa pátina conmovedora que le hace original y cautivador. Nos quedamos sin adjetivos para hablar de un reparto sin fisuras, en el que José Luis Alcobendas confirma su madurez de primera categoría.Blog Bitácora: “Prended la hoguera de Numancia”Daniel J. Rodríguez, 14/11/2021.La compañía Nao d’amores ha mostrado al público una recreación rigurosa, original, con el tono de la fábula o el mitoy un trabajo escénico y musical capaz absolutamente impresionante. El trabajo del elenco, ha sido el de entender el texto cervantino desde su absoluto contexto original. Así, el montaje de Nao d’amores apuesta por la desnudez escénica, las melodías evocadoras de ese tiempo, y un trabajo exquisito sobre el texto. El castellano de Cervantes —rico, complejo, elevado—toma así presencia escénica a lo largo de los 70 minutos de la representación y se convierte en el protagonista principal. Pero no está solo: eltrabajo de los actores y músicos —presentes todos prácticamente durante toda la obra en escena—enriquece un texto en el que lo mágico, lo mítico y lo real se convierten en un todo que Ana Zamora ha sabido traducir perfectamente para el público contemporáneo. Con qué elegancia se plantean las magias, los juegos místicos, las muertes o los amores que ocurren dentro de los muros de Numancia. De qué manera los personajes van haciendo caer al público en ese infierno que vivieron los sitiados, cómo le ayudan a comprender su sacrifico, única forma de hacer también perdedor a Escipión y a los ejércitos de Roma. EL ADELANTADO DE SEGOVIA: “Nao d ́Amores vuelve a admirarnos yconquistarnos”Maite Hernangómez, 13/11/2022Si como público Nao d ́amores nos deja sin respiración, nos preguntamos cómo consiguen ellos semejante prodigio. ¡Qué suerte la de nuestra pequeña ciudad que acoge sus estrenos!Nao d ́Amores ha demostrado a lo largo de su trayectoria de 20 años, que posee talento, rigor, respeto, conocimiento y gracia para trasladar lo antiguo a nuestros días, utilizando claves teatrales contemporáneas que beben de los maestros de la simplicidad y del despojamiento que
- alumbraron el hecho escénico en la segunda mitad del siglo XX. El tiempo, bucle sin fin, y el talento de la directora, nos mostraron en la función del viernes como, elementos primitivos escénicos emparentados con algunas formas de ritos antiguos, junto a un tratamiento escénico contemporáneo, da una manera de hacer teatro genuino, vivo y distinto. No bajo una forma dramática o trágica, sino apuntando a la parte más luminosa de nuestra cultura, esa que Cervantes nos muestra, esa luz que tiene que ver con la dignidad y la libertad de elegir cuándo y cómo morir. Cervantes cree en la salvación de uno cuando se siente comunidad. La “Numancia” del viernes nos muestra el triunfo de la dignidad humana. Los actores bajo la dirección de Vicente Fuentes, otro clásico de la compañía, hacen fácil lo difícil, nos aproximan el texto y lo hacen llegar límpido, vibrante, sonoro y emocionante. Los desafíos escénicos se resuelven a cara y cuerpo descubierto, sin trampa ni cartón. La responsable del relato musical es Alicia Lázaro. Algunas ficciones sonoras llegan a convertirse en espacio. El espacio claro y funcional, laluces perfectas con esas cortinas –haces que diferencian los espacios, el vestuario no puede ser más sencillo y facilitador de sentido-. Todo ello formando parte de una única y clara estructura. Cada elemento tiene su lugar y sin embargo al lado del otroparece transformarse en ese otro. En esa estructura, nada fácil para los actores, han de desenvolverse e interpretar sus personajes. Y lo hacen muy bien. Ana Zamora, para mostrarnos la victoria del alma humana, elige hacerlo con la misma dignidad y sobriedad con la que Numancia gana a los romanos. Los numantinos mueren voluntariamente, la compañía Nao d ́amores nos la muestra desnuda y sin lágrimas.CINEMAGAVIA.ES: “Numancia: la unión y el orgullo”Diego Da Costa. noviembre 2021.Uno de los estrenos más esperados del espacio teatral público, “Numancia” es una tragedia que reflexiona sobre los límites de la libertad humana, individual y colectiva. A diferencia de otros montajes, Ana Zamora recupera el estilo del teatro renacentista, además de mantener el lenguaje del castellano del siglo XVI. Sin duda, es una propuesta absolutamente original, en especial, por los tiempos que corren. Ese cuidado, por lo que se dice, demuestra un compromiso férreo con el legado cultural que se dejó en el pasado, siendo, realmente, una muestra de cómo ha sido olvidado por una parte importante de la sociedad. Por ello, esta historia adquiere gran interés, siendo una experiencia que merece ser vista. Una historia del pasado que sirve como reflexión para el presente.Un total de ocho actores que forman un solo cuerpo, sorprendiendo que, a nivel interpretativo, también se respire ese aire de colectividad. Aun así, hay intérpretes que se convierten en excelentes líderes de la acción, como José Luis Alcobendas. El actor tiene un magnetismo en su forma de proceder sobre las tablas, que deja atrapado al público de principio a fin. Además, no se muestra ni un ápice de falta de naturalidad, lo que hace que brille de una manera elegante y sin florituras. Javier Lara muestra carácter sobre la escena, tiene una presencia escénica que habla por sí sola, pero no abusa de ello. Por otro lado, Eduardo Mayo ejecuta de una forma notable su trabajo sobre la escena, con una expresividad certera y una energía que lleva un halo de atracción muy pertinente. El reparto realiza un trabajo estupendo, donde se ve una sinergia y una unión que permiten un resultado atractivo, con fuerza y sobriedad. En resumen, todos terminan por encajar todas las piezas para culminar en un conjunto extraordinario.
- Se disfrutade una sobriedad, que inunda el patio de butacas y que se extiende a lo largo de la obra. También se deja iluminar por una propuesta que basa su fuerza en la estética, en una construcción visual muy atractiva. Así, suple la ausencia de una estrategia más emocional, basada únicamente en el sentir. Gracias a ello, se comprende ese valor contemplativo que se desea dar a la obra. Por este motivo, hay que aplaudir que sean totalmente fieles a lo que desean realizar, siendo coherentes con una puesta en escena que describe todo ese proceso a través de la imagen.Por otra parte, la coreografía y el movimiento de los cuerpos hacen de la obra un espectáculo ingenioso y con un gusto exquisito. Asimismo, hay que destacar la utilización de la música en directo, siendo un placer poder disfrutar de ella al mismo tiempo que se ejecuta en escena. Además, al hacerlo desde las manos del propio reparto, hacen que adquiera un significado más personal. Igualmente, las voces cantadas terminan por unificar la construcción sonora del montaje, logrando un resultado notable. Un homenaje al teatro renacentista en palabras de Cervantes, que merece la pena por la singularidad y originalidad de su propuesta.REVISTAINDIE.COM: “Música y coreografía te introducen en el drama cervantino”.María Sánchez, noviembre 2021.“Murió de mal gobierno” es una de las frases mencionadas en este espectáculo que bien podría resumir esta representación. Los actores interpretan el sufrimiento con una pasión y fervor que te hacen sentir parte de esta crónica desde el minuto uno. Un sobrio y lúgubre escenario, se ilumina tímidamente dependiendo de la intervención de cada uno de los personajes vestidos de manera informal, actual y colorida cuando a los soldados romanos se refiere y con grises y desgastados ropajes cuando a los ciudadanos numantinos se pretende representar. Y es mediante este último vestuario mencionado y con un asombroso lenguaje corporal de los actores, cómo se consiguen realizar unas figuras originales y de gran complejidad que pretenden reflejar momentos o situaciones vividas en el desarrollo de la trama de esta tragedia. Los actores son capaces de conseguir una gran limpieza en todos sus movimientos y una gran sensibilidad y verdad en la expresión de cualquier sentimiento y emoción, que hace que el público pueda conmoverse con un texto que no lo habría logrado por sí solo. A esto se ha de añadir que los intérpretes también cantan de forma armoniosa para configurar cada una de las escenas protagonizadas. Y es que no hay nada más sanador que la música interpretada en directo, pues dichas voces son acompañadas desde el comienzo de la representación con una melodía interpretada por diferentes instrumentos en vivo, principalmente de viento, tocados por un único músico que bien merece una mención especial, lográndose así del montaje todo un viaje estético, musical y teatral de primer orden.VISTA TEATRAL: “Numancia en el Teatro de La Comedia”.Mayte Rodríguez, noviembre 2021Ana Zamora dirige una puesta en escena sólida, imperturbable al paso del tiempo, de complejo verso y texto del que solo Cervantes puede tener autoría. La lucha del oprimido contra el opresor latente y rotunda en escena. Sintetizando y magnificando lo vital sin perder un atisbo de fidelidad a la esencia cervantina. Zamora se acompaña de un elenco que ha sabido dar forma y vida a los gritos de un pueblo que lucha por su dignidad que se rebela contra lo injusto, que agoniza la muerte dignificando así la vida. Zamora consigue que las conjugaciones violencia/ debate verbal, barbarie/civilización con las que se trabajan, sean entendibles y se establezcan
estrechas relaciones con conceptos aún vigentes proyectándose fieles pero acercando un texto complejo al gran público. El elenco fluye a la perfección en escena, romanos y numantinos, cinestesia y movimiento escénico componiendo un todo perfecto. Cambios radicales de vestuario y sutil gesto que no romperá el ritmo, únicamente nos situará en otro plano en la otra cara de la moneda. Alicia Lázaro en el trabajo de dirección musical construye una mezcolanza cuya raíz deviene en fuentes renacentistas, canciones españolas y los madrigales italianos, danzas populares y las escenas carnavalescas de los antiguos romances dando si cabe mayor fuerza a esta Numancia íntima.Un vestuarioaustero, aciago trabajo de Deborah Macías, marcando la desidia, realizando un ejercicio de extensión y compactación con la escenografía de la mano de Cecilia Molano. Miguel Ángel Camacho en el trabajo de iluminación, pondrá el foco en el temor y en la lucha de un pueblo, pero también en la prepotencia del que viene a vencer, juego de luces y sombras que nos atrapará intentando identificar ese juego. No podemos olvidar al imprescindible Vicente Fuentes en asesoría de verso, Javier García Ávila en coreografía, Fabio Mangolini en asesoría de movimiento, Rodrigo Muñoz en asesoría de percusión y todo un equipo que nos acerca a una obra del más alto nivel.
PREMIOS
Premios y nominaciones del espectáculo:
- Premio GODOT 2022 al mejor vestuario, otorgado a Deborah Macías
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